ODOROLOGIA
-LA CIENCIA DE LOS AROMAS-
RASTREO Y DETECCIÓN GENERAL
La exploradora y bióloga Karen DeMatteo
tiene un trabajo de búsqueda difícil para las especies en peligro de extinción. Su mejor herramienta? Un perro con una nariz fantástica, tiene una fijación profunda para perseguir su pelota de tenis, y han aprovechado esa energía para un propósito, olfatear cinco tipos de excremento de animales en los bosques de Misiones, Argentina. Encontrar el excremento le ayuda a saber cómo los animales usan su hábitat y, por tanto, cómo protegerlos.
Búsqueda de cadáveres
Como ya se mencionó anteriormente el principio de identificación individual por olor se basa en que “todos tenemos un olor único e irrepetible, un perfil olfativo que no compartimos con nadie más”; pero cuando un individuo fallece se pasa a una condición donde todos los cadáveres huelen y emanan el mismo olor cadavérico, originado por la presencia de “putrescina” (NH2(CH2)4NH2), más exactamente 1,4-diaminobutano o butanodiamina y “cadaverina” (C5H14N2) también conocida como 1,5-diaminopentano, penta-metilenodiamina, ambas son una diamina que se forma por la descomposición de los aminoácidos al pudrirse la carne, dándole además su olor característico; aquí es donde entran a trabajar los perros de búsqueda de cadáveres, considerando los diferentes ambientes ya que pueden trabajar buscando cadáveres bajo el agua ó enterrados bajo diferentes tipos de materiales.
Hoy en día se ha entrenado a perros bajo diferentes olores cadavéricos y corporales basados en los diferentes estados de putrefacción ya que este marca una diferencia en los olores volátiles que emana cada cierto tiempo un cuerpo en descomposición al presentar un cambio químico, así como las condiciones físicas a las que se expone el mismo; gracias a estos estudios teoricos_prácticos se esta requiriendo la presencia de estos perros en posibles escenarios de crímenes y desapariciones para que, con su trabajo, contribuyan a resolver casos, en ocasiones de extrema complejidad, logrando grandes resultados tanto en adiestramiento como en localización indicios y evidencias a nivel mundial.
Búsqueda de acelerantes en incendios
Los perros detectores de acelerantes en incendios son de gran apoyo para esclarecer incendios provocados debido a que en la mayoría de los casos sólo existen indicios circunstanciales, generalmente no hay testigos y las pruebas se consumen con el fuego.
Aunque muchas veces se encuentren acelerantes dentro de un siniestro ligados a la actividad humana el simple hecho de detectarlos es de un gran valor probatorio limitado, es por ello que el perito de incendios junto con el binomio canino de búsqueda puedan localizar los indicios para establecer si un incendio ha sido provocado o es por causa accidental.
Este trabajo olfativo por los perros detectores de líquidos inflamables es gracias a que son capaces de detectar partículas volátiles de acelerantes en concentraciones de unos 10 a 40 ppm partes por millón, con una exactitud del 90%. El límite olfativo de estos perros, no es el único debate teorico_plactico, ni incluso el más importante para el perito en una investigación. Lo más importante es la capacidad para localizar y discriminar líquidos inflamables del resto de materiales que se ubican en un siniestro o área de investigación como por ejemplo de escenario de trabajo pueden considerarse Instituciones penitenciarias donde se buscan (cócteles mólotov) o en incendios forestales, incendios industriales, etc.
El entrenamiento de perros para detección de acelerantes empieza con el reconocimiento de olores de diferentes acelerantes, (el número de estos puede variar grandemente). En principio al perro se le entrena con muestras evaporadas al 50%., generalmente gasolina, que es con mucho el acelerante más utilizado, para ir aumentando el grado de evaporación y al mismo tiempo disminuyendo la concentración de los más volátiles. Los patrones de acelerantes se introducen con una jeringuilla entre las grietas del cemento, uniones de baldosas , trozos de moquetas o madera quemadas etc.